jueves, 22 de julio de 2010

El dragón se desborda

China vive la peor temporada de lluvias de este siglo. Nunca antes la colosal presa de las Tres Gargantas había recibido tanta agua

22.07.10 - 02:20 - ZIGOR ALDAMA |

C hina está con el agua al cuello. La lluvia no cesa, y en el centro del país acecha el fantasma de las trágicas inundaciones de 1998, que dejaron más de 4.100 muertos y 18 millones de desplazados. Pero quienes viven en las márgenes del río Yangtsé no miran con temor al cielo, sino al monstruo que tanto les protege como podría acabar con su existencia en cuestión de segundos. La presa de las Tres Gargantas, el mayor proyecto hidrológico del planeta, fue diseñada para contener la furia del agua y transformarla en la electricidad que el Gran Dragón necesita para continuar con su imparable crecimiento. No se ahorraron recursos en su construcción, que ha heredado el superlativo propio de los faraones, pero toda obra humana tiene un límite. Y la gran barrera de la principal vía fluvial del gigante asiático está coqueteando esta semana con el suyo. El martes recibió hasta 70.000 metros cúbicos de agua por segundo, 20.000 por encima del flujo que devastó el centro del país hace doce años, cuando la presa estaba en su infancia, pero todavía por debajo del récord de 70.800 metros cúbicos registrados en 1981, cuando el proyecto era sólo un boceto.

A pesar de que las autoridades piden calma a la población y aseguran que el dique puede resistir hasta los 100.000 metros cúbicos al segundo, millones de personas viven con el corazón en un puño. De hecho, las inundaciones afectan ya a 113 millones de personas y 7 millones de hectáreas agrícolas están en peligro.

Los chinos no pueden olvidar la decena de pequeñas presas que ya han cedido a la fuerza del agua este año, y ayer el Gobierno anunció que hasta mil diques podrían derrumbarse. No el de las Tres Gargantas, por supuesto, pero la población quizá recuerde las 80 grietas que aparecieron en la Gran Muralla de Yangtsé cuando comenzó a llenarse su embalse, y a las que los ingenieros restaron importancia porque estaban dentro de los parámetros permitidos, o quizá se preocupen por los efectos que pudo tener en la estructura de la gran presa el terremoto de Sichuan de 2008.

Empiezan las evacuaciones

Al fin y al cabo, en China rara vez se conoce la verdad y, si el gigante de hormigón revienta, miles de pueblos podrían quedar sumergidos y las consecuencias humanas serían demoledoras. Para curarse en salud, ya que la lluvia no da todavía respiro y es necesario desembalsar continuamente hasta 40.000 metros cúbicos por segundo, algunos de los núcleos residenciales más cercanos ya han sido evacuados.

Afortunadamente, el Gobierno asegura que todo está bajo control, aunque reconoce que la situación actual supone «el mayor reto al que se ha enfrentado la presa», que, a falta de la instalación de varios generadores eléctricos, está plenamente operativa desde finales de 2008. Eso sí, el tráfico fluvial está detenido en la parte alta de las Tres Gargantas, y no se volverá a la normalidad hasta que la presión descienda a 45.000 metros cúbicos por segundo. Una vez más reina la cautela, aunque la teoría asevera que ninguna de estas medidas es necesaria.

Sin duda, la presa de las Tres Gargantas es una maravilla de la ingeniería de dimensiones tan monstruosas que, al natural, ni siquiera impresiona. Salvo que se cuente con un medio aéreo, no hay forma de contemplarla en su totalidad, y sólo con un submarino se podrían ver los 185 metros de altura de la estructura principal. Como mucho, en la zona más espectacular, la vista abarca sólo una de las muchas baterías de gigantescas compuertas que controlan el fluir de la naturaleza, y por las que ahora sale a presión el agua marrón del Yangtsé. En este punto, el agua puede alcanzar 110 metros sobre el curso natural del río, y evitar que a él lleguen en torno a 23.000 metros cúbicos por segundo. El resto se almacena en el gigantesco lago de 1.045 kilómetros cuadrados, de los cuales 632 estaban secos hasta que se puso en marcha el proyecto.

Patrimonio sumergido

Ahí reside una de las principales polémicas de la presa. Paradójicamente, para evitar inundaciones como las de 1998, o como las que en 1954 dejaron más de 33.000 muertos, la presa ha provocado que más de 300 pueblos hayan quedado sumergidos, y con ellos, algunas importantes obras del patrimonio histórico del país que no han podido ser desmanteladas. En total, en torno a un millón y medio de personas han tenido que ser reubicadas a decenas de kilómetros de sus hogares. Algunos, hasta 150.000, han tenido que cambiar incluso de provincia.

Como sucede siempre en China, el Gobierno asegura que casi todos los afectados han recibido una compensación justa, y este periodista ha podido comprobar que muchos están satisfechos con sus nuevas viviendas, más cómodas y modernas que las antiguas casas de adobe. Pero no faltan las quejas. Corrupción, la desaparición misteriosa de millones de yuanes, y el uso de materiales de baja calidad en los nuevos edificios son denuncias constantes entre los desplazados, aunque pocos se atreven a ponerlas por escrito.

«Nada es perfecto», reconoce resignado uno de ellos, que prefiere mantener el anonimato. «Olvidamos muy fácilmente las condiciones en las que vivíamos antes. Creo que nuestra calidad de vida ha mejorado», concede, «aunque muchas de las promesas no se han cumplido, ni lo harán». Según la prensa local, hasta cuatro millones de personas más podrían recibir subvenciones para abandonar las zonas más cercanas a la presa si deciden reubicarse en la megaciudad de Chongqing, pero muchas prefieren amarrarse a su hogar que aventurarse a recibir un dinero que quizá nunca llegue.

El impacto medioambiental de la presa ha provocado también un agitado debate. Es evidente que la faraónica obra ha cambiado la geografía del lugar, pero también es cierto que se trata de la principal fuente de energía limpia del país. En total, las 32 turbinas del complejo hidroeléctrico son capaces de generar hasta 22.500 megavatios de potencia, equiparables a más de 10.000 aerogeneradores de gama estándar. A finales del año pasado, la producción de electricidad ya había sufragado un tercio de su presupuesto, que se estima en unos 22.000 millones de euros.

Claro que de poco les sirve el éxito económico del proyecto a quienes tienen que abandonar sus hogares, que amenazan ruina. Las inundaciones de este año están siendo especialmente severas: el número de muertos ronda los 700, las pérdidas económicas son muy superiores a las de años anteriores, y hasta medio millón de edificios podrían derrumbarse o quedar inhabitables. Más de cien millones de chinos están afectados de una forma u otra, y casi millón y medio de personas han tenido que ser ya desalojadas de once provincias del centro y del sur del país, el granero de China.

Como consecuencia, el precio de los alimentos comienza a sacar pecho, y el Gobierno teme la escasez del cereal debido a que miles de hectáreas de arrozales han quedado anegadas y el vegetal se pudre. Claro que, como apuntan los dirigentes del Partido Comunista, sin la presa de las Tres Gargantas la tragedia habría adquirido dimensiones colosales. Habrá que esperar para ver si el gigante resiste la media docena de tifones que todavía quedan por llegar este verano.

http://www.diariovasco.com/v/20100722/al-dia-sociedad/dragon-desborda-20100722.html

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