lunes, 21 de febrero de 2011

MAPA dE ZONAS INUNDABLES

MAPA dE ZONAS INUNDABLES
Cartografía para prevenir los desastres naturales
El Ministerio de Medio Ambiente ha incorporado a los servicios de cartografía que ofrece en su página web mapas y fotografías aéreas en donde se detallan las zonas con más peligro de inundación ante fuertes lluvias. Una información al alcance de cualquier ciudadano que permite conocer estos riesgos y tomar medidas ante ellos.
ANTONIO TERUEL

El agua ha demostrado a lo largo de la historia que, en un momento dado, puede ser tan devastadora como fuente de vida. La cuenca mediterránea es, además, una zona con una frecuente incidencia de riadas e inundaciones, por sus propias condiciones climatológicas. Aún así, un sinfín de episodios de lluvias torrenciales han puesto de manifiesto que todavía no está del todo aprendida la lección acerca del peligro que suponen los espacios de fácil inundabilidad, y que, en ocasiones, han tenido que producirse consecuencias bastante dramáticas para que se tomen medidas.
Con todo, no cabe duda de que las administraciones públicas son cada vez más conscientes de la necesidad de conocer con detalle cuáles son los espacios con más posibilidades de inundarse, y cómo hay que actuar al respecto. Uno de los pasos más recientes que se ha dado al respecto es la creación de un sistema cartográfico nacional de zonas inundables, que el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino (MARM) ha incluido en el servidor de mapas de su página web. Así, esta herramienta está disponible para cualquier ciudadano interesado en la materia, y hace posible que se puedan tomar precauciones incluso a nivel particular, por parte de, por ejemplo, propietarios de terrenos ubicados junto a algún cauce considerado de riesgo.
La puesta en marcha de este sistema es un indicador del avance en la prevención de estos riesgos en el conjunto de España, aunque lo cierto es que en la Comunidad Valenciana, por su clima y la desagradable experiencia en el padecimiento de lluvias torrenciales, ya se habían dado pasos muy significativos con bastante anterioridad. El territorio autonómico fue pionero en disponer, en 1997, de una cartografía específica sobre áreas con riesgo de inundabilidad. Asimismo, en 2003 se puso en marcha el Plan de Acción Territorial contra el Riesgo de Inundaciones en la Comunidad Valenciana (Patricova). La limpieza de cauces fluviales y la construcción de colectores de aguas pluviales han sido algunas de las actuaciones más destacadas que se han llevado a cabo a lo largo de estos años.
No obstante, la realidad ha vuelto a decir en este tiempo que el trabajo hecho no ha sido suficiente. Un ejemplo muy claro de ello son las graves inundaciones que sufrió la comarca de la Marina Alta en octubre de 2007, con una especial intensidad en los municipios situados junto al río Girona. La escasa atención que hasta entonces se había prestado a este cauce que habitualmente lleva un caudal mínimo tuvo consecuencias dramáticas en localidades como Beniarbeig o El Verger, con cuantiosos daños materiales y una persona fallecida. Tras ese extremo, el río se limpió de manera exhaustiva, sobre todo en su tramo final, y se encauzó a su paso por los cascos urbanos para prevenir desgracias similares en el futuro.
El Girona, desde El Verger hasta la desembocadura, es uno de los 77 cauces que se reflejan en la cartografía de zonas inundables del MARM en la provincia de Alicante. No es el único curso fluvial destacado que aparece en estos mapas, ya que también se considera de riesgo todo el río Vinalopó, prácticamente desde su nacimiento, así como los kilómetros del río Segura que discurren por la provincia. El Barranco de las Ovejas en Alicante, el río Amadorio en La Vila Joiosa, o el Serpis aguas abajo de la presa del pantano de Beniarrés, son otros de estos cauces bastante conocidos que se incluyen también en el listado.

Cauces desviados o urbanizados
Con todo, lo más significativo es que el mapa destaca pequeños barrancos que, con frecuencia, pasan desapercibidos, lo que impide que se midan las posibles consecuencias de la fuerza del agua en ellos. Un ejemplo: sólo en el término municipal de Onil se contabilizan siete de estos torrentes. Asimismo, se presta especial atención a cauces cuyo curso se ha modificado, como el Vinalopó en Villena: el actual encauzamiento no se considera de riesgo, pero sí el recorrido natural del río, bastante más cerca del casco urbano. Lo mismo ocurre con las ramblas que desaguan en zonas urbanizadas, algo que ocurre en Pilar de la Horadada, Moraira y la playa de l'Albir, entre otros puntos de la costa alicantina.
Gracias a las fotografías aéreas que se ofrecen en el servidor de mapas del MARM, se puede comprobar si en el área inundable y sus inmediaciones existen construcciones. Esto permite tener fácilmente una idea aproximada de la población que podría verse afectada si se produjeran fuertes lluvias en ese punto y, por lo tanto, qué medidas hay que tomar para evitar esas consecuencias. En la Comunidad, el Patricova -que ahora comienza a ser revisado para actualizarlo- establece varias consideraciones a la hora de construir en los lugares con más predisposición a inundarse, como la reserva de una distancia de protección en relación a los cauces y la prohibición de usos residenciales, comerciales e industriales en cotas inferiores a la rasante del suelo. Estas precauciones deben tenerse en cuenta en todo momento para frenar las consecuencias negativas de las lluvias.

La UA destaca el avance y apela al "cumplimiento de la ley" para evitar problemas
El director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante (UA), el catedrático Jorge Olcina, destaca que la puesta a disposición de estos mapas a todo el mundo a través de internet es "un importante avance" en lo que a ofrecer información se refiere, pero que, al mismo tiempo, es "una nueva constatación de que estamos en un territorio de riesgo y que hay que tomar una serie de precauciones". El experto destaca que "falta un análisis de verdadero riesgo" de inundabilidad, "más que de posibilidades". En este sentido, lamenta la ausencia de datos "sobre los usos del suelo" en el territorio, más allá de lo que se pueda ver en una fotografía aérea. Insiste, además, en que los mapas y demás documentación "hay que revisarlos como mucho cada cuatro años", para evitar que queden desfasados. En la actualidad hay una directiva europea que obliga a que todo el territorio esté cartografiado a escala 1:10.000 antes de que acabe 2013, con lo cual, Olcina considera que el Ministerio "se ha puesto las pilas antes de que el tiempo se le eche encima", si bien, en el caso de la Comunidad Valenciana, ha aprovechado "la información de base del Patricova", ya que los 77 cauces con riesgo que se señalan ya habían sido reflejados en el citado plan autonómico. En cualquier caso, el catedrático recalca que "hay que cumplir la ley" y "salvaguardar los espacios inundables de la edificación" para evitar que se multipliquen los riesgos sobre la población. Al respecto, lamenta que "en algunos municipios se haya construido en lugares indebidos, o no se haya adecuado el planeamiento urbanístico" a las precauciones del Patricova.
A. T
http://www.diarioinformacion.com/entorno/2011/02/23/cartografia-prevenir-desastres-naturales/1095769.html

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